En 1954 Estados Unidos apoyó un golpe militar en Guatemala. Fue una operación encubierta,
organizada por la CIA estadounidense para derrocar a Jacobo Arbenz Guzmán, el Presidente de Guatemala democráticamente electo.
El gobierno de Arbenz presentó unas serie de reformas que la "inteligencia estadounidense" consideró como comunistas y las atribuyeron a la influencia soviética.